"Nada podemos esperar sino de nosotros mismos" | SURda |
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01-11-2011 |
FFAA: Si no sirven ¿para qué las queremos?
Respuesta a una nota de Óscar Lebel
Estimado Óscar Lebel
Respondo a su nota "Para entender a Tabaré", página editorial de La República 15/10/11. http://www.lr21.com.uy/editorial/475782-para-entender-a-tabare
Es un gusto polemizar con usted, hombre de honor aunque muy equivocado, que se enfrentó a la dictadura en vez de beneficiarse con ella, que condenó los actos de corrupción de la Armada en vez de hacer como que no sabía nada, que condenó los actos de barbarie de los militares uruguayos en Haití en vez de mandarlos allá para hacerle un servicio al "amigo y socio".
Tal vez pudiésemos estar de acuerdo con solo que usted sea coherente con sus propias ideas. Como bien nos dice "en el mundo hay guerras, y la guerra es un fenómeno social... hasta que no llegue el día hermoso en que la humanidad suelte el garrote y se tome las manos". Lo más curioso es también es decidido partidario de una unión sudamericana para nuestra defensa conjunta.
Hacer del diferendo con Argentina de 2007-2009 un "causus belli", tomar por "amenaza" una lancha de goma de una organización conocida por su pacifismo, hacer ruido de botas con una fuerza que no se tiene, y luego como "solución" a la situación generada por ese acto irresponsable pedir la intervención de EEUU, ¡vaya forma de buscar la unidad sudamericana!
Roces fronterizos como ese los hay a cada momento en el mundo, y si por cada uno de ellos tuviésemos una guerra, vaya día hermoso nos espera. Ese es un CAMINO AL INFIERNO. Aquel asunto podía solucionarse por medio de una simple negociación diplomática entre países hermanados, como quedó demostrado en cosa de semanas ni bien Tabaré le dejó el sillón a otro más normal que él.
La tradición uruguaya de buscar la vía diplomática para la solución de conflictos no solo es producto de nuestra muy válida filosofía pacifista, también lo es de la sensatez (de la simple salud mental, diría) del que sabe que no puede jugar con fuego porque no tiene con qué responder. Usted como militar sin duda lo sabe mejor que nadie.
Pero además, la defensa que hace de la existencia de las fuerzas armadas uruguayas carece de toda lógica, se desmiente a sí misma.
Hace algunos meses su tocayo costarricense Óscar Arias propuso el desmantelamiento de las fuerzas armadas uruguayas. Los militares y militaristas uruguayos pusieron el grito en el cielo; Costa Rica -dijeron- al no tener fuerzas armadas, depende para su defensa de los yankees y no puede ser entonces un país soberano. Esos fueron los argumentos para que Uruguay MANTENGA sus fuerzas armadas.
Pero con estas fuerzas armadas Uruguay es tan protectorado yankee como Costa Rica. Con la diferencia de que carga sobre nuestros hombros el enorme costo de mantenerlas, aun en su inutilidad.
Unas fuerzas armadas que nos cuestan lo que UNA ESCUELA POR DÍA y se llevaron desde el fin de la dictadura hasta ahora el equivalente a TODA LA DEUDA EXTERNA. Pues bien, ¿PARA QUÉ mantenemos esas fuerzas armadas? ¿Para no poder recurrir a ellas siquiera en el muy hipotético caso de entrar en guerra con algún país VECINO, (única hipótesis de conflicto en que se requiera la defensa territorial)? ¿Para terminar igual siendo un PROTECTORADO YANKEE?
Pues ahora vemos que no sirven tampoco para esa defensa territorial soberana, y es eso lo que dicen los propios mandos militares.
Los militares uruguayos, que violan la Constitución todos los días haciendo declaraciones políticas permanentes sobre temas que les están vedados, que salen a defender el "honor militar" cada vez que se descubre otro crimen aberrante más de su larga lista, NO DIJERON NI PALABRA EN ESTE CASO, en que queda en evidencia que son UN GRUPO DE COBARDES a los que su supuesto patriotismo nunca llevaría a afrontar una guerra desigual con Argentina en "defensa de la Patria".
Los militares uruguayos ADMITEN con su silencio dos cosas: 1) Que las fuerzas armadas no sirven para la defensa territorial del país. 2) Que a ellos eso no les importa en absoluto.
Hoy existe un discurso que ataca un día tras otro a los trabajadores, acusándolos de defender "intereses corporativos". ¿Por qué nadie cuestiona el corporativismo militar, el más cerrado y reaccionario de todos?
Ante cada aumento salarial o recurso que reclamen los trabajadores aparece la idea de "medir por resultados" si ese salario es o no merecido. ¿Qué pasa si medimos por resultados la pertinencia o no de los recursos que se destinan a sostener las fuerza armada? ¿Por qué vale ese criterio en un caso y no en el otro?
Dice usted, amigo Lebel, que las fuerzas armadas “tienen por misión y esencia, defender la integridad territorial del Estado, su honor e independencia, la paz, la Constitución y las leyes de la misma”.
En todo caso solo sería lo primero, la integridad territorial del Estado, pues para todo lo demás nadie los llamó, y por cierto que los militares uruguayos flaco favor le hacen al honor nacional violando gente por el mundo, nunca nos trajeron la paz, y son los primeros en violar la Constitución y las leyes. Esos otros fines que dicen tener serán en todo casos auto atribuidos, y por cierto no los cumplen.
Pero resulta que tampoco son útiles en absoluto para a "defender la integridad territorial del Estado"; llegado el caso no serían más que porteros de la llegada yankee. La única finalidad racional porque podrían existir no la cumplen, no la pueden cumplir, y no la quieren cumplir.
Vayamos a sus teorías sobre la paz y la guerra.
El gasto militar del mundo supera el billón y medio de dólares por año y crece constantemente, equivale a quince años de lo que se invierte en los "objetivos de desarrollo del milenio" que incluyen el acceso universal al agua, la reducción de la mortandad infantil, y la universalización de la educación primaria. La "defensa" no nos acerca a ese futuro de paz, todo lo contrario. La guerra mundial se generaliza y se bestializa más y más por esa "defensa".
El gasto militar, y la fuerza militar para la guerra convencional, y mucho peor para la guerra tecnológica, se distribuye de forma totalmente desigual, tres a uno en favor del Norte.
De esta manera, en su proyecto de defender las naciones del Sur menos que menos nos sirven estos ejércitos pretorianos que usted defiende, entrenados en el Norte, onerosamente armados con armas compradas al Norte a costa del hambre de nuestros pueblos, y que en esos casos excepcionales en que llegan a pelear contra el Norte de cuando en vez, están siempre en desventaja y son siempre derrotados.
En diez años, el gasto militar en América del Sur aumentó a un ritmo del 6% anual. Sin embargo, no hay conflictos entre países en este continente, donde sí hay graves carencias sociales que deberían ser atendidas en vez de tirar los recursos en absurdas compras de armas.
Según el instituto de investigación SIPRI ( http://www.sipri.org/ ) las razones son las siguientes: a estos países le fue más o menos bien económicamente en este período, y los gobiernos (como el de Tabaré), no tienen mejor idea que aprovechar para comprar armas. Para "actualizarse" y para quedar bien con los países proveedores de armas como el "amigo y socio" de Tabaré. Son claramente motivaciones ANTI-NACIONALES.
Dice usted, amigo Lebel, que la única defensa que tendríamos es que el “Uruguay, fácil de engullir sea imposible de tragar”. Esa es la teoría de la DISUASIÓN ESTRATÉGICA por la perspectiva de una resistencia popular que signifique un costo inadmisible para el potencial agresor. Es la lección de Irak, Afganistán, tal vez ahora Libia.
La pregunta es ¿y para qué queremos fuerzas armadas pretorianas en esa estrategia, que en ningún caso han servido? Saddam tenía el cuarto ejército del mundo.
La estrategia de resistencia popular como doctrina de defensa fue pensada por Emilio Frugoni, quién propuso el DESMANTELAMIENTO DE LAS FUERZAS ARMADAS como primer paso. Su idea era la MILICIA CIUDADANA VOLUNTARIA. Para Frugoni, un país que gastase sus recursos en sostener una fuerza armada onerosa y en cambio descuidase la salud, la educación y el bienestar de la población sería un país mal defendido, y siempre en desventaja.
Para que los ciudadanos se involucren voluntariamente en la defensa del país no es necesario adoctrinarlos en la escuela con marchitas de la bandera, ni repetir discursos patrióticos reaccionarios (y mucho menos con fanfarrias militares de fondo musical ), ni tampoco la tergiversación histórica bicentenaria.
Lo que se necesita, como decía Frugoni, es asegurarles salud, educacion, y la satisfacción de sus necesidades humanas. Entonces defenderán sin vacilar esa independencia que les da una vida plena.
Menciona usted muy oportunamente que el ejército brasileño "tenía el Plan 30 horas para ocupar Uruguay en 1971 si triunfaba el FA". ¿No se le ocurre pensar que esa ocupación brasileña no fue necesaria porque fue el ejército URUGUAYO el que les ahorró el esfuerzo?
Nuestras fuerzas armadas, así como son y como usted las defiende, tienen por modelo al mariscal Petain. Cuando los nazis invadieron Francia "evitó" que la ocupación del territorio francés fuese total creando en Vichy un estado francés vasallo de los nazis. De la misma forma, las fuerzas armadas uruguayas "disuaden" al invasor diciendo: No te tomes el trabajo, nosotros nos hacemos cargo de someter Uruguay.
La única confrontación previsible desde el campo popular sería contra un enemigo oligárquico imperial. Los diferendos regionales entre países como el que DICEN que hubo con Argentina, bajo ningún concepto podrían tener forma militar, a menos que en ella esté presente una confrontación social, que fuesen una forma de una lucha de clase contra clase.
Y en ese caso, la primer línea estratégica sería apelar a la CLASE HERMANA DEL "PAÍS" ENEMIGO.
Para llevar adelante su idea de unir las fuerzas defensivas de los países de América del Sur, lo primero es unificar los intereses en el proyecto de transformación social, suprimir el poder de fuego que apunta CONTRA los pueblos. Y en lo que usted indica como objetivos a largo plazo usando la metáfora de una “ campaña de prevención epidemiológica” contra el peligro de agresión externa y asegurando la paz entre nosotros, ¿por qué la primer opción es construir el camino del infierno?
Si hoy no está planteada la posibilidad de un golpe militar a corto plazo, es simplemente porque los intereses EXTRA-NACIONALES que las fuerzas armadas defienden, están garantizados políticamente. Sin embargo ese poder político no quiere ni oír hablar de desmantelamiento de las fuerzas armadas, por onerosas, irracionales e inútiles que resulten.
La razón de ello ya la dijo Mujica hace apenas unos meses: las fuerzas armadas son el último resguardo del RÉGIMEN CAPITALISTA.
Cuando los gobiernos no logran satisfacer las necesidades para la vida plena de nuestros pueblos porque atienden primero a asegurar las reglas del sistema de explotación capitalista, cuando por lo tanto es previsible que algún día no alcance con esa contención política, es que se pone especial cuidado en conservar para ese posible mañana lo que el propio Mujica llamó “el perro malo del patio de atrás”.
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